domingo, 20 de noviembre de 2011

LA PACIENCIA DE COLÓN

Cristóbal Colón era un marinero con un proyecto, pero necesitaba que alguien lo financiara. Un día del año 1485 entró con su hijo en un convento de La Rábida (Huelva) y pidió refugio, pan y agua para él y su hijo Diego. Los frailes, además de darles comida y escuchar sus penas, prestaron atención a la fascinante idea de Colón de viajar a las Indias por una nueva ruta y lo llevaron a la Corte de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.
Pero los Reyes estaban demasiado ocupados en la guerra de Granada (para expulsar a los árabes) como para aceptar la petición. Colón tuvo que esperar siete años, hasta 1492, pero al final le proporcionaron tres barcos: la Santa María, la Pinta y la Niña que salieron del puerto de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto.



Colón, el primer día, no avanzó casi nada, pero el segundo día los vientos eran fuertes e iban a su favor, avanzaron 60 leguas (más de 300 kilómetros). Durante muchos días navegaron sin divisar tierra. Los alimentos escaseaban y los ánimos estaban por los suelos. Los marineros querían volver a España y se rebelaron, lo amenazaban con tirarlo al mar. Cuando iban a hacerlo un marinero, Rodrigo de Triana, gritó ¡Tierra a la vista!
Colón estaba convencido de haber llegado a las Indias, pero en realidad estaban en lo que hoy es América.

Autor: Alejandro

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